La boda de Edith y Antonio en Restaurante Río Grande
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Organizamos la boda de Edith y Antonio en Sevilla
Al fin llegó el frio a Sevilla, los días de abrigo y bufanda ya están aquí. Para paliar las bajas temperaturas os traemos una boda de un mes cálido como septiembre. Esta boda es realmente especial para nosotros, porque vivimos su proceso paso a paso. Antonio nos contactó un mes y medio antes de la misma, cuando aún no había ni pedido matrimonio a la que ya es su mujer, la bella Edith. Muchos habrían hiperventilado al oír que en apenas 6 semanas habría que prepararlo todo, y con un inconveniente mayor, la distancia, porque nuestros chicos viven en Chile. Pero nosotros nos crecemos con las adversidades y sabíamos que esta preciosa historia de amor tenía que
tener un final, más que feliz, de cuento de hadas.
Una organización muy, pero que muy especial
Así, tras una bonita pedida, comenzaron los Skypes, correos súper largos, las visitas a lugares para la ceremonia y celebración, así como los infinitos whatsapps. Tanta fue nuestra comunicación y ese vínculo tan especial que creamos, que ahora no podemos evitar echarles de menos cada día. Edith llegaba a Sevilla el mismo lunes de la semana del enlace sin vestido, así comenzaron cinco días muy intensos en la que pudimos descubrir que nuestra novia es como una estrella fugaz, porque allí por donde pasa lo ilumina todo. Cariñosa, simpática, guapa… Nos ponemos a alagarla y no paramos, porque es de esas personas que saben llegarte al corazón con sólo una mirada. Su amado Antonio no se queda atrás. No ha habido novio más involucrado en un proceso bodil, totalmente enamorado de su chica, atento, inteligente y generoso, quiso sorprenderla haciendo que todos admirásemos más a este hombre jienense que encontró en una chica mejicana que estudiaba el fin del doctorado en Sevilla, al amor de su vida. Su historia nos demuestra a todos que el amor no entiende de fronteras o distancias, ni distingue entre posibles e imposibles, la vida los ponía a prueba y juntos iban superando los obstáculos. Después de años buscándose, se habían encontrado y tienen toda la vida para disfrutar de ese sentimiento tan puro y verdadero. Gracias, Antonio y Edith por hacernos sentir afortunados por hacer nuestro trabajo, por darnos la oportunidad de vivir de cerca vuestra fantasía, que culminó con la Torre del Oro y la Catedral de Sevilla como un impresionante fondo el día 12 de septiembre de 2015. Por supuesto, trasladad ese agradecimiento a vuestras familias y amigos, por su cariño y colaboración en todo momento. Entre todos conseguisteis hacernos sentir un amigo más en ese día tan importante. El 12 de septiembre, Sevilla amanecía nublada. Nosotros nos encontrábamos desde bien temprano decorando el lugar elegido que fue el Restaurante Río Grande, situado en la calle Betis, en pleno barrio trianero. Teníamos que decorar la ceremonia civil, crear la mesa del libro de firmas, el seating plan, así como encargarnos de la zona de la fiesta con el Candy bar o mesa dulce y photocall. Algunas gotas amenazaron la ceremonia al aire libre, pero nosotros sabíamos que no durarían, porque nuestra preciosa pareja de novios se merecían un día perfecto, y lo iban a tener. Al principio de la tarde fuimos enviados por la novia a ver a Antonio, teníamos un pequeño regalo que darle de su parte. Lo hallamos algo más tranquilo de lo que esperábamos, con la serenidad de saber que iba compartir su vida con la persona correcta. Nos encontramos a María, su madre, ayudándolo a vestirse cuidadosamente. Aproveché para ayudar a la guapísima Inma, hermana del novio, con los últimos preparativos. No todos los días se casa un hermano y ella no podía esconder su felicidad. Antonio estaba espectacular con traje chaqueta de Álvaro Moreno y chalequillo de pique blanco de la misma marca, así como con su corbata y pañuelo de El Ganso. Nuestro novio nos dio una carta y un presente para su chica, así que tuvimos que dejarle para acudir al encuentro de Edith. Nos encontramos a Edith comenzando a arreglarse, en manos del gran peluquero y maquillador Javier Mascareña, que sin duda alguna es garantía de éxito. Para ayudarla a vestirse, nadie mejor que una madre, Lourdes, que aprovechó para regalarle un precioso porta alianzas que había sido diseñado con ayuda de su hermana. El detalle conmovió profundamente a nuestra protagonista y vivimos instantes realmente bonitos. En el pelo, un precioso tocado de plata envejecida de Lina. Su vestido es el modelo Efigie de Rosa Clará, de su colección 2016. Su elección de vestido de novia fue toda una corazonada. Ella, inicialmente se decantaba por otro tipo de trajes con un corte más de princesa, pero al plantearle esta opción surgió el flechazo y es que como siempre os decimos, cuando es vuestro vestido, algo dentro de vosotras estalla y sois conscientes, ya no podéis probaros más porque tenéis vuestra elección delante. Con su ramo de novia quería hacer un guiño a sus orígenes, la suculenta aportó el toque mejicano, rosas inglesa y de pitiminí, lisiantus… Una obra de arte realizada por Ramito Floristería. Edith llegó a la ceremonia como toda una princesa, en un carruaje tirado por caballos blancos. Y es, quien piense que los sueños nunca se hacen realidad, no conocía a esta pareja. La ceremonia fue oficiada por Lorenzo Nebreda, durante su desarrollo nuestra pareja fue poniéndonos los bellos de punto, sobretodo en el momento de sus votos, cargados de cariño, así como en el momento del ¡si, quiero! Para amenizar la ceremonia, nadie mejor que el hermano de la novia y un amigo de la pareja, que juntos deleitaron a todos con su habilidad y sensibilidad. Una vez finalizada la ceremonia, sin que ella se diera cuenta, y con la complicidad de Antonio situamos a los novios en un lugar clave, llegaba la gran sorpresa para Edith y es que el novio había traído a “Los Monchos”, un grupo de mariachis de primera que hicieron la delicia de todos los familiares venidos desde México, y por supuesto de los sevillanos y jienenses, porque no hay nadie que se resista a una buena ranchera. Antes de continuar os dejamos algunas pinceladas de su decoración, con hortensias azules y paniculata en el pasillo, una mesa baja con diferentes elementos que los caracterizaban así como un fragmento de su seatting plan. El salón principal del Río Grande se vistió de gala para recibir a los invitados. Como regalitos, nuestros chicos ofrecieron un sombrero charro típico mexicano a los chicos y una cajita artesanal llegada de Jalisco a las chicas, acompañado de un separador de páginas con un diseño muy especial. Tras la cena, los invitados disfrutaron en el salón Bitácora de la fiesta, donde tuvieron a su disposición photocall y una mesa dulce engalanada con las catrinas, que son los muñecos con forma de esqueleto que veis en las fotos. Se entiende que los novios se casan hasta que la muerte los separa, pero siguen juntos incluso tras la muerte. Nos pareció que tenían una historia preciosa y para nuestra novia significó muchísimo. Aquí me veis aprovechando para darle un último toquecito de maquillaje antes de la que serían las últimas sorpresas para los dos, un vídeo de sus amigos polacos y otro con sus fotos e historia de manera cronológica, este último regalo cortesía de De boda con Ángela
(digamos que la novia algo sabía sobre el tema). Llegó el baile nupcial y cuando pensábamos que ya esta pareja no podía dejarnos boquiabiertos ni una vez más, con sencillez y esmero utilizaron su canción favorita para demostrarnos que si se quiere, se puede. Bailaron como auténticos profesionales. Cabe destacar que la fiesta se alargó hasta altas horas de la madrugada gracias a la maestría del Dj Pato Deluxe. No se nos puede olvidar felicitar a Asun y Manu de Click&Rec por este maravilloso reportaje fotográfico, así como a Ana y Carlos de Windrose por el magnífico video. ¡Gracias a los cuatros, sois grandes! Y aquí termina la crónica de este sueño de una noche de verano otoñil, en la que Edith y Antonio su más sincero ¡Sí, quiero!
Nosotros nos marchamos, no sin antes desearos un gran fin de semana.
Ángela Caparroz Wedding & Event Planner De Boda con Ángela
Un marco incomparable. precioso trabajo.
Enhorabuena!
¡Gracias Manuel!
Nos hemos tomado el honor de ver tus trabajos como fotógrafo y, realmente, creas verdaderas obras de arte.
Seguro que conoces el restaurante en el que organizamos la boda de nuestros amigos Antonio y Edith. Es en Sevilla, concretamente el Restaurante Río Grande, en el que después de nuestra pareja de novios y todos sus amigos y familiares, los protagonistas son el Río Guadalquivir y La Torre del Oro.
Son unas vistas espectaculares de noche, aunque nosotros tenemos el privilegio de deleitarnos a diario, ya que tenemos nuestras oficinas en el Edificio Cristina, a menos de cincuenta metros de nuestra Torre del Oro.
Gracias por seguirnos y comentar. Saludos.
Que bonitas palabras!!
Me han emocionado y a la vez he disfrutado mientras recordaba todos esos bonitos momentos.
Muchas gracias por todo el empeño que pusisteis para que fuera perfecto.
¡Gracias a vosotros Antonio, siempre! Nos sentimos tremendamente afortunados de haber podido participar en un día tan importante para vosotros y estamos seguros de que algún que otro evento más organizaremos para vosotros aunque sea en un futuro 😉
Sois dos personas increíbles y no os olvidaremos nunca.